Alemania llegó a Rusia a defender el campeonato que obtuvo en Brasil 2014, pero tuvo una actuación decepcionante, con derrotas ante México y Corea del Sur. Sin embargo, no podemos olvidar que esta selección es la que más finales y semifinales ha jugado en la historia mundialista. Es más, salvo el fracaso en 2018, en los cuatro Mundiales previos había llegado por lo menos a la semifinal.
No obstante, su historia triunfal comienza en 1954, cuando se alzó por primera vez con el trofeo y causó una gran conmoción al vencer 3-2 a Hungría, la favorita, en la gran final.
Llegó a la final en 1966, el partido del gol fantasma y en 1970, perdió contra Italia la semifinal considerada como el partido del siglo. En 1974 la selección alemana obtuvo su segundo título, esta vez en su propio país. En la final de Munich, se recuperó de un marcador adverso y venció a Holanda por 2-1. Un componente clave del equipo de 1974 fue Franz Beckenbauer, capitán del combinado alemán, que 16 años después consiguió el tercer título mundial, con él como entrenador.
En la final de 1990 Alemania se impuso a Argentina por 1-0 con un tiro penal en los minutos finales. En la competencia preliminar, hasta la fecha, la selección alemana no ha perdido jamás un partido en campo contrario. 
A las órdenes del seleccionador Joachim Löw, la selección conquistó la copa en 2014, venciendo en la final a Argentina y propinando la derrota histórica de 7-1 a Brasil en la semifinal. Este éxito coronaba lo que habían logrado unos años antes: el segundo puesto en la Eurocopa Austria y Suiza 2008 y el tercer podio en la Copa Mundial de la FIFA Sudáfrica 2010.
A Qatar 2022 llegan en su peor sitio histórico en la maltratada clasificación de la FIFA, con un nuevo entrenador Hansi Flick y una nueva generación que puede dar guerra. Nunca hay que subestimarlos.