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Democracia en blanco y negro

Democracia en blanco y negro (Democracia em preto e branco, Pedro Asbeg, Brasil-2014) es una película que recorre, a partir de una notable trabajo documental, las jugadas que pudieron incidir en la historia brasileña. En este film no sólo se disfruta a uno de los grandes equipos de Brasil, el Corinthians, sino se descubre el trabajo social e histórico de la última época de la dictadura militar en ese país. Esta película, además de distanciarse del panfleto o la mera anécdota, investiga un periodo fascinante de la historia brasileña: el momento específico en que el futbol popular y los artistas de rock se vuelven el eco del pueblo. La poderosa delantera del Corinthians, conformada por Sócrates, Wladimir y Casagrande no eran sólo un estandarte en la cancha, también lo eran de la protesta política, de la solicitud de la población por la libre elección de sus gobernantes.

La Democracia Corinthiania se volvió lo mismo modus vivendi, que bandera, una forma de organización, que de rebeldía. Cuando nadie en Brasil podía elegir a sus gobernantes, un equipo de futbol discutía cada uno de los aspectos de su club al mismo tiempo que bandas como Ultraje a Rigor cantaban: A gente não sabemos escolher presidente, A gente não sabemos tomar conta da gente...

Como lo volvemos a comprobar con el Mundial de Catar, el futbol ha sido uno de los deportes más señalados por la crítica, atacado por su condición popular y aprovechado por gobiernos totalitarios para lavarse la cara. Al futbol se la he tachado de culpable de la ignorancia, humo, circo, espectáculo que distrae de las cosas importantes. La cinta no pretende vanagloriar al balompié, ni descartarlo como movimiento distractor, pero sí lo retrata como un pilar más de la sociedad un estandarte humano, que con un poco de cabeza, puede ser usado para causas justas. En Brasil no se puede creer que todos los jugadores vivan alejados de la problemática social, muchos de ellos sufre, sufrieron y sufrirán los pormenores de la miseria, por lo que dejan de pensar en el futbol como una salvación única para su persona, éste también puede ser el sueño de todos y para todos. Hace falta un caldo de cultivo propicio para que esto suceda.

El rock alguna vez sirvió para cantar las voces de los silenciados. El rock gritaba lo que todos querían reclamar, expresar, condenar. Cuando el portugués comenzó a explotar en los sonoros amplificadores de la rebeldía brasileña, la gente entendió que era su momento. La insurrección ya podía ser cantada y escuchada por  todos. Los jóvenes se lanzaban a las calles, alentados por dirigentes, como Lula da Silva, otro aficionado al Corinthians, que con mayor conciencia dictaban el camino a la democracia. ¿Pero qué sucedía con los otros? En los estadios, con las casacas provocadoras del Corinthians. Así se mueve el documental, de un punto a otro, hablando desde la voz de los que estuvieron ahí. Con una narrativa apasionante y momentos de documentos fílmicos de la época, que lo dejan a uno helado. Ver driblar a Wladimir entre dos defensores, dejarlos inertes en el césped, centrar Sócrates, para que este prolongue el balón hasta Casagrande, remate, y la pelota bese las redes. Ver a los músicos exponer su talento ante un cúmulo de jóvenes desvergonzados, sintiéndose libres por fin. Ver a casi un millón de brasileños en las calles, con pancartas, con lágrimas, con la pasión de la revolución exudando por sus pieles. Todo eriza la piel, todo nos hace ver en un espejo, preguntarnos qué pasó entonces y sobre todo. 

Democracia en blanco y negro es más que un documental cercano, el lenguaje del futbol, la represión, el rock, no nos son ajenos, lamentablemente. Es una oportunidad poder apreciar algo así, algo que nos sea tan propio, y nos haga reflexionar sobre mucho de lo que sucede en el país no sólo en materia social, también cinematográfica ¿Cuántas historias similares podríamos contar en territorio nacional? Y sobre todo, qué falta hacen.

La FIFA acaba de abrir su espacio de streaming y en él se pueden encontrar muchas películas muy interesantes por ejemplo, ésta.

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