El director de las comedias ligeras Por amor a Rossana, con Jean Reno, y La boda de mi novia, con Patrick Dempsey, dirigió, justo antes de esta última, Sixty-Six, una película Helena Bonham Carter y Stephen Rea, en la que se narra la historia de un joven judío inglés que tiene la mala suerte de celebrar su Bar Mitzvah el mismo día de la final del Mundial de 1966, entre Inglaterra Alemania. Sin dejar de lado su tendencia hacia la comedia ligera, el director lleva una historia convencional, de final predecible, pero agradable y con tonos burtonianos, de la mano de uno de los personajes icónicos de Tim Burton, Helena Bohnam Carter. La película plantea el dilema de un niño que busca encontrar su lugar en el mundo, en un mundo inhóspito, una comedia que se basa en arquetipos para llevar a cabo su mensaje.
Aunque no es una obra memorable, la película logra trazar muy bien los arquetipos en los que se basa, además de plasmar, a la vez, los problemas sociales en la Inglaterra de los años 60, una década convulsa, y más por la sociedad inglesa, cargada de malestar e incertidumbre.
Aunque hay pocas películas relacionadas con este Mundial, la relación entre cine y futbol empezó a gestarse desde el inicio. Se sabía que existía una película (protegida por la FIFA y de difícil acceso) en la que un camarógrafo, instalado a un costado de una de las porterías del estadio Centenario había filmado los partidos.