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Uruguay 1930

La organización de la primera Copa Mundial fue otorgada a Uruguay por haber sido la selección que ganara las medallas de oro de las Olimpiadas de 1924 y 1928. Esto molestó profundamente a los ingleses, quienes se proclamaban como inventores del futbol y pedían que la Copa se jugará allá. No se les concedió, así que los cuatro países del Reino Unido decidieron no participar en la cita en Uruguay. 

El Mundial fue muy diferente a los actuales: no hubo fase clasificatoria, las trece selecciones participantes fueron invitadas por la organización y el sorteo se celebró cuando todos los equipos ya se encontraban en Uruguay. Además, ha sido el único Mundial celebrado en una sola ciudad, ya que todos los estadios se ubicaban en Montevideo.

En Rumania, un decreto del Rey Carol otorgó a los jugadores seleccionados tres meses de permiso en sus respectivos trabajos y la garantía de que conservarían sus empleos a la vuelta. El Rey mismo ejerció la función de entrenador, pero todos los hombres del rey tuvieron que hacer las maletas para regresar a casa antes de lo esperado.

Francia se enfrentó a México en el partido de apertura y logró una victoria por 4-1 Lucien Laurent anotó el primer gol de la historia y Óscar Bonfiglio el portero que lo recibió. La primera final de una Copa Mundial enfrentó a la selección anfitriona y a sus vecinos de Argentina. Tras ir perdiendo por 2-1 al final de la primera mitad, Uruguay logró imponerse por 4-2 y adjudicarse la copa diseñada por el escultor francés Abel Lafleur. 

Todavía no se ha esclarecido una diferencia de pareceres respecto a un dato de interés futbolístico: mientras la FIFA y otras fuentes diversas conceden al americano Bertram Patenaude el honor de haber marcado la primera tripleta de la historia del Mundial (el 17 de julio de 1930, contra Paraguay), hay quienes afirman que el primero fue el argentino Guillermo Stabile, con tres goles anotados dos días después, contra México.

Como se ha dicho, este Mundial se concentró en una única ciudad, Montevideo, y los partidos se jugaron en sus tres estadios: Centenario, Pocitos y Parque Central.

La primera Copa Mundial sólo atrajo a trece naciones: cuatro europeas, ocho latinoamericanas y un equipo representante de Estados Unidos. Sin embargo, sobre el terreno de juego, la calidad del fútbol desplegado fue muy alta y, aunque el público esperaba ver un dominio del futbol sudamericano, los europeos no fueron meros comparsas, como lo atestigua el caso de Francia, que venció a México por 4-1 y a punto estuvo de vencer a Argentina, tras una épica batalla, aunque cayó derrotada por 1-0. 

Unos días más tarde, en el espectacular estadio del Centenario (con capacidad para 100.000 espectadores), saltaban chispas mientras la hinchada local esperaba para presenciar la final sudamericana entre Uruguay y Argentina. Se sabe que el partido no empezó a la hora prevista porque ambas selecciones no se pusieron de acuerdo acerca de qué balón utilizar. Al final, se logró pactar que un tiempo se jugara con el balón argentino y el segundo, con el balón uruguayo. En el descanso, los uruguayos perdían por 2-1, pero con su balón lucharon hasta la extenuación para lograr tres goles y terminar venciendo por 4-2. El Presidente de la FIFA, Jules Rimet, entregó el trofeo Victoire aux ailes d or al capitán uruguayo, José Nazassi. Las celebraciones se prolongaron en Montevideo durante varios días y varias noches y el día después de la victoria, el 31 de julio, se decretó fiesta nacional.





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