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Francia 1938

La Guerra Civil hacía estragos en España, Alemania se había anexado Austria y una Europa acosada por las crisis y la Conferencia de Munich se preparaba para las hostilidades cuando la FIFA decidió que la tercera Copa Mundial se celebraría en Francia. Para estar a la altura de las circunstancias, se realizaron obras de ampliación en el Estadio de Colombes y se remodelaron los estadios de Burdeos y Marsella. Además, por primera vez, la nación anfitriona y la campeona vigente se clasificaban automáticamente, un privilegio que se mantuvo hasta 2002.

Se trató del primer Mundial en que cada selección registró 22 jugadores. También se decidió que ante el empate en la final se jugaría un tiempo adicional de treinta minutos, si aún persistía la igualdad, se disputaría un nuevo partido con su respectivo suplemento, en caso de persistir el empate, los dos equipos serían considerados campeones.

Sin embargo, una vez más, algunos países sudamericanos boicotearon la competición al considerar que, esta vez, le tocaba a Argentina organizar el torneo y no a Europa de nuevo. Brasil, por su parte, sí asistió y resultó ser la principal atracción, al desplegar su inimitable juego táctico, empezar la competición con muy buen pie y justificar su reputación venciendo a Polonia por un increíble 6-5 (con prórroga incluida): Leonidas, el diamante negro, y Willimowski marcaron cuatro goles cada uno.

Desgraciadamente, el encuentro de cuartos de final disputado en Burdeos entre Brasil y Checoslovaquia degeneró en un enfrentamiento monumental: tres jugadores fueron expulsados y otros cinco heridos, dos de los cuales fueron trasladados urgentemente al hospital con rotura de brazo.

Francia, la nación anfitriona, venció a Bélgica por 3-1, gracias, en gran medida, a las prestaciones del extremo derecho Fred Aston, apodado el escurridizo, cuyas desbordantes incursiones en el área rival resultaban decisivas. Por desgracia para los 58 455 hinchas que abarrotaban el estadio Yves-du-Manoir, situado en Colombes (cerca de París), para presenciar el encuentro de cuartos de final, Francia sucumbió ante Italia por 3-1 y, a diferencia de lo que ocurriera en Uruguay e Italia en las dos competiciones anteriores, esta vez la anfitriona no se alzaría con la victoria de la Copa Mundial.

El encuentro de semifinales entre Italia y Brasil prometía ser una final anticipada, pero el seleccionador brasileño, Adheniar Pimenta, cometió un grave error al decidir dejar fuera a dos jugadores clave, uno de ellos el gran goleador Leonidas. Pimenta declaró: Lo conservo para la final.

Jueves 16 de junio de 1938, desde hace una hora Italia y Brasil están disputando un encuentro en el Estadio Velodrome de Marsella. Italia gana por 1-0 y el árbitro acaba de concederle un tiro penal. El hombre encargado de lanzar los penales suele ser Giuseppe Meazza, pero tiene un problema, se le ha roto la cinta elástica que le sujeta los pantalones, y éstos le quedan muy flojos a la altura de la cintura...a pesar de esto, la escuadra azzurra, lejos de sentirse intimidada, salió victoriosa (2-1) y se ganó el derecho a defender el título ante Hungría, que había batido a Suecia sin problemas.

En la final, Meazza y Ferrari, los dos organizadores del combinado italiano, se entendieron a las mil maravillas y, el ya por entonces legendario pragmatismo italiano hizo el resto. Italia se alzó con el triunfo (4-2) y, tras dos victorias consecutivas en la Copa Mundial, entró en la historia del fútbol como una de las mejores selecciones nacionales de todos los tiempos.

Desgraciadamente, estalló la guerra y puso fin a la competición durante doce años y, probablemente, privó a esta generación italiana, repleta de jugadores de talento, de disfrutar de mayores glorias.





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