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México 1986

México fue la sede de la decimotercera Copa Mundial y se convertía así en el primer país que organizaba la competición en dos ocasiones. Sin embargo, si los mexicanos se adjudicaron el campeonato fue sólo tras la renuncia de Colombia, la primera opción, que, en 1983 anunció que no podía hacer frente a la organización del torneo de fútbol más importante del mundo. A pesar de que una serie de terribles terremotos precedieron al Mundial, los estadios no se vieron afectados, por lo que se decidió seguir adelante con los preparativos. 

La decimotercera Copa Mundial terminó con la consagración de Argentina y de su principal organizador, Diego Armando Maradona. Francia, por su parte, tras una brillante actuación frente a Italia y después de que su juego alcanzara cotas extraordinarias ante los brasileños, vio interrumpida su trayectoria en las semifinales, a manos de Alemania, igual que en 1982.

24 selecciones participaron en la fase final, como ya ocurriera cuatro años antes en el Mundial de España. Sin embargo, esta vez fue diferente, ya que en la segunda ronda se aplicó el sistema de eliminación directa. Al quedar fuera tan sólo ocho equipos, la fase inicial deparó muy pocas sorpresas. La primera de ellas, no obstante, la protagonizó Marruecos, que se convirtió en el primer país africano que se clasificaba para la segunda ronda de una fase final de la Copa Mundial.

Como ya había ocurrido en 1982, los franceses se ganaron muchos adeptos gracias a su juego espectacular, y su legendario y universalmente admirado centro del campo de cuatro hombres, formado por Platini, Giresse, Tigana y Fernández, causó estragos incluso entre las defensas mejor organizadas.

Los galos pusieron de manifiesto su gran clase al desbancar a Italia, campeona del mundo vigente, en su partido de la segunda fase (2 - 0), antes de derrotar a Brasil, en Guadalajara (con algo de suerte, pero con una gran dosis de talento), en uno de los mejores encuentros de todos los tiempos. Los hombres de Tele Santana tiraron dos veces al palo y desbordaron con frecuencia a Michel Platini y a su equipo, que acabó ganando gracias a la gran actuación de su portero, Joel Bats (entre otras hazañas, le paró un penalti a Zico a 12 minutos del final). Después de imponerse en una tanda de penaltis de infarto (1 - 1 al final del partido y 4 - 3 después de los penaltis), Francia se plantó en las semifinales, donde, como ya ocurriera cuatro años antes en España, sus sueños de gloria mundialista quedaron frustrados por un combinado alemán que llegó al encuentro más descansado.

Cuatro años después de la primera tanda de penales en la historia de la Copa Mundial, en la que Francia perdió ante Alemania la semifinal en Sevilla, el destino quiso que las dos mismas selecciones tuvieran que decidir su clasificación desde el punto fatídico.

El 21 de julio, los franceses, esta vez con la suerte de su lado, se impusieron a Brasil, la ausencia de Platini no fue determinante, ya que Sócrates y Julio César tampoco pudieron jugar. El mismo día, Alemania empataba sin goles contra México, pero logró la victoria en la tanda de penales y acababa, así, con el sueño de la selección anfitriona de lograr el título.

Alemania, eterna participante en las finales, volvió a tropezar en el último obstáculo. En 1982 había quedado eliminada por la Italia de Paolo Rossi y, esta vez, se vio superada por muy poco (3 - 2) por la Argentina de Diego Armando Maradona, que se encontraba en plena forma tras derrotar por 2-0 en las semifinales a una aguerrida selección belga. La victoria de Argentina fue tan merecida como inesperada, ya que el país contaba con un combinado sólido, pero falto de inspiración. La maestría de Maradona prácticamente bastó para que su país se alzara con el trofeo mundial. Como no podía ser de otra forma, su brillante juego y sus proezas ante la meta contraria (cinco goles) le reportaron el título de Mejor Jugador del Torneo. La única mancha en su expediente tuvo lugar en cuartos de final, contra Inglaterra, cuando marcó un gol con la mano. Un hecho aislado que no fue suficiente para empañar la fiesta en Argentina, donde treinta millones de personas salieron a la calle para celebrar la victoria definitiva.





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