El partido inaugural marcó el tono general de la fase de grupos. Senegal, la debutante africana, conmocionó a Francia, defensora del título, con una impresionante victoria por 1 - 0. Les Bleus no lograron recuperarse de aquella derrota, y tras no marcar ni un sólo gol en sus encuentros del Grupo A, fueron incapaces de clasificarse para la siguiente ronda. Los franceses sufrieron la mayor de las decepciones pero los senegaleses realizaron un maravilloso partido, así como un estupendo torneo. Los Leones pasaron a la fase siguiente y derrotaron a Suecia con un gol de oro. Pero la misma muerte súbita que les había dado el pase a cuartos, les arrebató la clasificación para semifinales cuando un tanto de Turquía zanjó el partido entre ambas selecciones.
También el Grupo D se convirtió en el escenario de un tremendo revés: Estados Unidos se estrenó en el torneo humillando a una de las favoritas, Portugal, con una victoria por 3 - 2. Aunque la Generación de Oro del futbol portugués se resarció y venció a Polonia, cayó ante la República de Corea, la otra gran sorpresa del grupo. Así se produjo el repentino e inesperado regreso a casa de otra gran potencia europea.
Europa clamó venganza en el que se denominó Grupo de la Muerte, donde Inglaterra y Suecia se clasificaron en detrimento de la poderosa Argentina y de la siempre peligrosa Nigeria. Sin duda, el encuentro más esperado de toda la fase de grupos fue el partido de la revancha entre Argentina e Inglaterra, disputado en Sapporo (Japón). El capitán inglés David Beckham, expulsado durante la misma contienda en Francia 98, logró ahuyentar sus fantasmas con un lanzamiento de penalti que se convertiría en el único gol de la siempre fascinante confrontación entre ambas selecciones. Argentina, la gran favorita de muchos aficionados desde la fase de clasificación para el campeonato, sólo obtuvo un empate ante Suecia en su último partido y pasó a engrosar la lista de grandes nombres que sacaron el billete de vuelta antes de lo que cualquiera hubiera imaginado.
Aunque las fases eliminatorias siguieron un curso mucho más normal que la ronda de grupos inicial, la coanfitriona Corea del Sur intentó por todos los medios mantener vivo su sueño. En octavos de final, los coreanos se enfrentaron a la gloriosa Italia en un vibrante partido en el que se impusieron por un increíble 2 - 1, gracias al gol de oro de Ahn Jung Hwan. Pero, lo más sorprendente estaba por llegar: su victoria por penaltis en cuartos de final ante una de las selecciones europeas de más prestigio y excelencia, España.
Ni siquiera su derrota por 1 - 0 en la semifinal a manos de Alemania, consiguió ensombrecer el increíble entusiasmo de la afición coreana, que al final de cada partido y también durante su celebración inundaba las calles hasta convertirlas en una gran marea roja. En esta primera Copa Mundial de la FIFA celebrada en el continente asiático, la otra anfitriona, Japón, también disfrutó al máximo de su propia fiesta. Gracias al frenesí de los aficionados azules, los japoneses alcanzaron su primera victoria en una fase final. El hecho de que obtuvieran tres puntos contra la veterana y experta selección rusa es una prueba del impresionante desarrollo que ha experimentado el fútbol en Extremo Oriente.
Una formidable Turquía eliminó a los japoneses en la segunda ronda del camino hacia las semifinales. La selección de Europa Oriental, impredecible hasta ese momento, ya había mostrado su enorme potencial en su primer encuentro, aunque éste se saldara con la victoria de Brasil por 1 - 2. Un gol de Rivaldo en los últimos compases del partido otorgó el triunfo a la selección brasileña, que a pesar de acabar campeona, en ningún momento se mostró superior a una selección turca que hizo todo un alarde de poderío físico y técnico.
Turquía se había colado en la fase siguiente a expensas de Costa Rica, por diferencia de goles, y eliminó a Japón y posteriormente a Senegal, la gran favorita del público. Al final, cayó ante Brasil en un partido muy igualado que finalizó con el resultado de 1 - 0.
Este Mundial resultó el peor de la historia. Además de la baja calidad de fútbol mostrada por la mayoría de las selecciones, tuvimos la oportunidad de ver el peor desempeño arbitral en una Copa del Mundo, influyendo directamente en los partidos de la segunda ronda. A tal grado llegó el asunto que el parlamento italiano discutió, en pleno, la posibilidad de desafiliar a Italia de la FIFA por uno de los atracos ocurridos en el 2002.
El capitán brasileño Cafú se convirtió en el primer jugador de la historia que ha disputado tres grandes finales de la Copa Mundial.
La batalla por el tercer puesto ofreció un fascinante récord, el gol de Hakan Sukur para Turquía en su encuentro con Corea del Sur llegó a los once segundos del pitido inicial. El tanto se convirtió en el más rápido en la historia de la fase final.